Dejar los garbanzos a remojo 24 horas antes en abundante agua salada. Pasado este tiempo, escurrirlos y dejarlos en agua templada. Cocer en un puchero con agua y perejil a hervir, echar los garbanzos y un buen chorro de aceite de oliva y dejar cocer lentamente hasta que estén tiernos (debe hervir de forma continuada pero suave para que el garbanzo no se endurezca).
Pelar las cebollas y los ajos y picar, así como el pimiento choricero y pelar los huevos cocidos separando la yema de la clara. En una sartén grande con aceite rehogar la cebolla, el ajo y el pimiento dorándolo suavemente; agregar las espinacas y continuar 15 minutos más al fuego, removiendo de vez en cuando. Desleír la harina en un poco de caldo de cocer los garbanzos y agregarlo al guiso de espinacas; dejar cocer 15 minutos y salpimentar.
Añadir las espinacas al puchero de los garbanzos, moviéndolo por las asas para trabar la salsa (el guiso de espinacas se puede triturar si se prefiere). Picar la clara de huevo y añadirlo, así como las yemas bien desmenuzadas, en el puchero. Dejar cocer otra media hora aproximadamente, revolviendo de vez en cuando para que el fondo no se agarre y con cuidado para que los garbanzos se mantengan enteros.
Servir caliente, acompañado de costrones de pan frito.
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