Por: Mikel López Iturriaga
¿Existe alguna sensación más gustosa que la de comprar unas castañas asadas envueltas en papel de periódico, metértelas en el bolsillo del abrigo y notar como te calientan las manos? Pues sí, existe, y es la de zampárselas después. Estos frutos son uno de los alimentos más deliciosos de la galaxia, aunque reconozcámoslo, son un tanto puñeteros.
Las castañas no se pelan como los plátanos precisamente. Hay que hacerlo mientras están calientes, porque si no la piel interior, recubierta de pelitos, se pega a la carne y fastidia lo que vayas a hacer con ellas. También son pesaditas porque suelen tener partes negras o enmohecidas, indetectables cuando la castaña está sin pelar. Pero bueno, esto no es culpa de ellas sino de que no las vendan suficientemente frescas.
El truco del almendruco (¿o del castañuco?) consiste en practicarles un corte en un lado antes de asarlas, lo que facilita de manera notable el pelado. Algunas personas recomiendan hacerlas en el microondas, pero para mí no tienen comparación en cuanto a sabor con las asadas en horno, y no digamos respecto a las cocinadas sobre brasa.
La crema de castañas y piñones post Halloween que propongo hoy está hecha con leche de cabra. Cada vez se vende en más sitios (yo compro una bastante potable de la marca Lactel en el super de al lado de casa), pero si no encuentras, usa una buena de vaca entera. La crema es dulce, pero se puede reconvertir a salada eliminando el azúcar, añadiendo sal y quizá rebajando la cantidad de leche con caldo de pollo, por ejemplo. Como postre en solitario es un éxito, y también puede funcionar muy bien como acompañamiento de pasteles, tartas, manzanas asadas o helados.
Dificultad
Terrorífica, ni se te ocurra hacerla.
Ingredientes
Para 4 personas
El truco del almendruco (¿o del castañuco?) consiste en practicarles un corte en un lado antes de asarlas, lo que facilita de manera notable el pelado. Algunas personas recomiendan hacerlas en el microondas, pero para mí no tienen comparación en cuanto a sabor con las asadas en horno, y no digamos respecto a las cocinadas sobre brasa.
La crema de castañas y piñones post Halloween que propongo hoy está hecha con leche de cabra. Cada vez se vende en más sitios (yo compro una bastante potable de la marca Lactel en el super de al lado de casa), pero si no encuentras, usa una buena de vaca entera. La crema es dulce, pero se puede reconvertir a salada eliminando el azúcar, añadiendo sal y quizá rebajando la cantidad de leche con caldo de pollo, por ejemplo. Como postre en solitario es un éxito, y también puede funcionar muy bien como acompañamiento de pasteles, tartas, manzanas asadas o helados.
Dificultad
Terrorífica, ni se te ocurra hacerla.
Ingredientes
Para 4 personas
- 250 gr de castañas
- 100 gr de piñones
- 1 litro de leche de cabra (de vaca entera también vale)
- 100 ml de nata líquida
- 70 gr de azúcar
- 1/2 cucharadita de cardamomo en polvo (opcional)
1. Precalentar el horno a 200 grados. Pasar por la sartén los piñones a fuego suave para que se tuesten un poco y reservar.
2. Hacer un corte a las castañas con un cuchillo y hornearlas durante 15-20 minutos. Pelarlas mientras aún estén calientes.
3. Poner las castañas rotas con las manos y 2/3 partes de los piñones en una cazuela con la leche, la nata, el azúcar y el cardamomo. Hervir muy suave, con cuidado de que no se vaya, unos 20 minutos.
4. Triturar y servir fría o caliente con los piñones restantes por encima.
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