Por Mikel López Iturriaga.
Ingredientes
Para 6-8 personas
- 20 calçots
- 9 tomates de pera
- 50 g de avellanas o almendras
- 500 g de harina de fuerza
- 30 g de levadura fresca de panificar
- Aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de azúcar
- 2 cucharaditas de sal
- Sal gruesa para decorar
- 250 ml de agua
Preparación
1. Mezclar en una taza o bol la levadura con una cucharadita de azúcar, una de harina y dos cucharadas de agua templada. Mezclar y dejar fermentar hasta que aumente de volumen tres o cuatro veces.
2. En un bol grande mezclar la harina, la sal, 4 cucharadas de aceite, la levadura fermentada y, poco a poco, añadir el agua templada, integrándola hasta que la masa sea elástica, sin grumos y se despegue de las manos. Cubrir con un paño y dejar reposar en un sitio protegido durante más o menos una hora.
3. Mientras, quitarles a los calçots las barbas y la primera capa de piel, además de la parte más verde del tallo. Introducirlos en el horno a máxima potencia (unos 250 grados) durante unos 20 minutos, hasta que estén dorados y tiernos. En ese momento, poner dentro de un papel de periódico o papel de aluminio y dejar reposar.
4. Bajar el horno a 150 grados y poner los tomates pelados y despepitados encima de un papel de horno con un chorrito de aceite. Cocinarlos durante 30 minutos hasta que hayan perdido parte de su agua y resevar.
5. Pasada la hora de levado, o cuando la masa haya doblado su volumen, dar forma a la focaccia con el rodillo (no tiene que quedar muy fina) y marcar huecos con los dedos en toda su superfície. Distribuir en ella los tomates y los calçots asados, pintar con aceite y espolvorear con sal gruesa y los frutos secos picados y dejar reposar 30 minutos, hasta que doble de nuevo la altura.
6. En el horno precalentado a 200 grados, cocinar durante unos 20-25 minutos, sacar y ser
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