El pastel de bollos fue durante años un postre recurrente en casa de mis padres. Era pura repostería de reciclaje: se trataba de aprovechar la bollería seca, algo que no faltaba en casa gracias a las toneladas de este material que siempre compraban las exageradas de mis tías cuando venían a merendar.
El proceso de esta clase de pasteles es tan simple como reconfortante: se empapan los bollos troceados en una mezcla de leche, nata, huevo y azúcar, se meten al horno y ya. A partir de ahí, se pueden introducir múltiples variantes: fruta, cacao, vainilla, especias... En mi casa le ponían caramelo en la base, táctica que jamás me pareció apropiada: no soporto la manía de fastidiar esta clase de platos con azúcar quemado.
Sin él, el postre posee todo el sabor del bollo más la cremosidad del lácteo multiplicada por dos. ¿Que contiene unas poquitas calorías? Vale. Pero si disfrutas con las cosas mojadas en leche, te importará un bledo lo que te engorde. Ya irás al gimnasio algún día.
El pastel de hoy está hecho con un panettone con pasas y albaricoque seco que tenía por ahí rondando desde hace días y se había quedado un poco secorro. Aviso que es de esos que empiezas y no puedes parar, por lo que recomiendo partir un trozo y pedir a alguien que lo esconda en un lugar seguro, previo juramento de que no atenderá a ninguna de tus peticiones de un poquito más.
Dificultad:
Es ridículo hasta que la preguntes.
Ingredientes:
- 400 g de panettone seco (se puede hacer con cualquier bollo)
- 150 ml de nata líquida ligera (18% materia grasa)
- 250 ml de leche entera
- 3 huevos
- 1 rama de vainilla
- 2 cucharadas de azúcar blanco
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- Aceite de oliva extra virgen
- Nuez moscada
Preparación:
1. Precalentar el horno a 200º.
2. Batir los huevos con la leche, la nata, el azúcar blanco y las semillas de la rama de vainilla hasta que el azúcar se disuelva.
3. Cortar el panettone en rebanadas gruesas y untarlas ligeramente con aceite de oliva. Ponerlas en una fuente de horno y verter por encima la crema. Dejar unos 15 minutos asegurándose de que se empapa bien.
4. Espolvorear un poco de nuez moscada rallada y el azúcar por encima. Preparar un baño maría, poniendo la fuente dentro de otra un poco más grande y llenando esta última de agua hasta la mitad. Meter en el horno y bajar la temperatura a 180º. Hornear unos 35-40 minutos hasta que se dore. Dejar que se temple y servir.
Hago lo que puedo... NO SOY COCINERO!!!
ResponderEliminarExcelente maestro. Salud.
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