Mucho se habla -y con razón- de la aparición de los guisantes al principio de la primavera. Pero para mí la llegada de las habas frescas es un acontecimiento igual de importante. Sobre todo ahora, en los primeros días, las habas están pequeñitas y tiernas, y todavía no tienen ese duro pellejo gris que les caracteriza cuando avanza la temporada. No hay que hacerlas casi nada, y son mantequilla pura. Un manjar de dioses.
La hierba favorita para acompañar las habas, al menos en Cataluña, es la menta. En mi receta la pongo un poco en el confitado, pero no le dejo que cobre demasiado protagonismo. Aquí los actores principales son las habitas y los chipironcitos, unidos un poco a la manera de un restaurante buenísimo que hay cerca de mi casa, El Mesón de Aragón. El plato se puede hacer con habitas en aceite de bote, pero si las encuentras frescas, ve a por ellas como si fuera lo último que hicieras en tu vida.
Dificultad
Fácil, pero se necesita paciencia para limpiar los chipirones.
Ingredientes
- 1 kg de habitas en su vaina (o unos 300 gr. de habitas ya peladas)
- 800 gr. de chipirones pequeños
- 2 dientes de ajo
- 6 hojas de menta
- 2 cucharadas de perejil picado
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Pelar las habitas si las hemos comprado en su vaina. Ponerlas en una cazuela con 8 cucharadas de aceite (o lo suficiente para casi cubrirlas), los dientes de ajo pelados y cortados en trozos grandes y las hojas de menta. Confitarlas a fuego muy suave hasta que estén tiernas (unos 5-10 minutos, pero el tiempo depende del tamaño y la clase; lo mejor es ir probando). No menearlas mucho porque se rompen. Reservar.
Limpiar los chipirones bajo el grifo eliminando los ojos, la espina y la tripa, y conservando las patitas y los cuerpos. A los cuerpos conviene darles la vuelta sobre sí mismos empujando la punta con un dedo, para limpiar bien el interior. Escurrir bien y reservar en un plato sobre papel de cocina. Hasta aquí lo podemos hacer con antelación.
Justo cuando se vayan a comer, poner a calentar una sartén a fuego fuerte. Embadurnar los chipirones con un poco del aceite de las habas. Saltearlos en la sartén hasta que estén dorados. Conviene que sea poco tiempo porque si no se endurecen. Añadir las habas escurridas de su aceite, el perejil picado y una pizca de sal, dar una vuelta y servir inmediatamente en una fuente precalentada.
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