Mi último descubrimiento en el mercado de La Boquería son unos conejos alimentados con romero que venden en el puesto Avinova. Aparte de ser bastante baratos por ahora, ya que están en periodo de promoción, su carne tiene un gusto diferente, muy ligeramente aromático. No sé qué pensarán del asunto los propios conejos, pero a mí me encantaría que pusieran esta planta en mi dieta, aunque fuera para comerme después.
Con la idea de conjuntar el romero con otra hierba distinta, y de paso aprovechar media botella de sidra que se me había quedado colgada de un pollo con mostaza y manzanas, me inventé el otro día este plato de conejo guisado con estragón. No sólo conseguí que la carne quedara en su punto -creo que algo tuvo que ver la cazuela de Le Creuset que me cayó del cielo al ganar el concurso de Canal Cocina-, sino que la salsa era de esas que te puedes zampar dos barras de pan untándola.
El conejo alimentado con romero no es imprescindible en absoluto: se puede usar uno vulgaris y añadir un poco de la hierba. Supongo que el estragón fresco, no demasiado fácil de encontrar, también se puede sustituir por una cucharadita de seco.
Dificultad
Fácil.
Ingredientes
Para 4 personas
- 1 conejo troceado para guisar
- 2 cebollas
- 2 dientes de ajo
- 300 ml. de sidra (a poder ser natural, no espumosa)
- 500 ml. de caldo de pollo
- 3 ramitas de estragón fresco
- 1 pizca de romero picado (puede ser seco, en polvo)
- 1 cucharada de azúcar
- Harina
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra
Pelar y picar la cebolla.
Poner harina en un plato hondo. Poner a calentar un chorro de aceite en una cazuela grande a fuego medio. Salpimentar el conejo, enharinarlo bien y dorarlo en la cazuela. Sacarlo y reservarlo cubierto con papel de aluminio o film para que no se seque.
Bajar el fuego y pochar la cebolla en la misma cazuela hasta que esté bien blanda (unos 20-30 minutos), con cuidado de que no se queme. Salarla ligeramente a mitad de la cocción. Añadir los dientes de ajo sin pelar y rehogar un minuto más. Mojar con la sidra, subir el fuego y dejar que suelte el alcohol un par de minutos.
Sumar el caldo, el conejo, el romero, una pizca de sal y, si la sidra es natural y no dulce, una cucharada rasa de azúcar. Cuando hierva, tapar y cocer a fuego suave 30 minutos. Sacar las costillas, que es lo que primero se hace, y mirar si el lomo y las patas se despegan bien del hueso. Si no, guisar 10 minutos más. En el último minuto, añadir dos ramas de estragón. Dejar que el guiso se enfríe tapado.
Volver a sacar los trozos de conejo, colar la salsa en un chino y reducirla al fuego si ha quedado demasiado líquida. Corregir de sal y añadir el conejo a la salsa.
Servir con un poco de estragón picado fino.
Como casi todos los guisos, está mejor de un día para otro.
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