De los creadores de la sopa de garbanzos con chorizo y huevo cocido, llega ahora el solomillo con setas al pacharán. Y es que la cocina de la necesidad me está dando buenos resultados últimamente. Cuando el hambre aprieta y hay pocas cosas en la cocina, con algo de cerebro se pueden producir platos que no sólo te sacan del paso, sino que acaban siendo mejores que los más pensados y trabajados.
Estando en Madrid en casa ajena compré dos solomillos de cerdo y me encomendé a lo que hubiera en la misma para cocinarlos. La búsqueda en la nevera y los armarios arrojó los siguentes resultados: unos botecitos de setas secas, una botella de pacharán y un brick de nata líquida, entre otros productos inútiles o poco apetitosos.
Estos ingredientes encajaron perfectamente, puesto que el punto dulce del pacharán (o patxaran) le vino al pelo al cerdo, y el impacto de las setas se vio muy bien amortiguado por la crema de leche. Y por si fuera poco, el plato se hace en un pispás.
Dificultad
Para desesperados.
Ingredientes
Para 4 personas
- 2 solomillos de cerdo
- 100 gr. de setas secas al gusto
- 150 ml. de pacharán
- 200 ml. de nata líquida
- 250 ml. de caldo de carne
- 1 cucharada de mantequilla
- 1 pizca de romero o de estragón (opcional)
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra
Poner el caldo al fuego y reducirlo a algo menos de la mitad, hasta que quede concentrado.
Rehidratar las setas con agua hirviendo, y dejarlas unos 20 minutos (o lo que indique el envase).
Cortar los solomillos en trozos no demasiado finos, de un poco más de un dedo de grosor. Poner la mantequilla con una gota de aceite en una sartén grande, calentarla a fuego vivo y dorar la carne. Bajar un poco el fuego, sacar el solomillo, salpimentar y reservar tapados.
En la misma sartén añadir el pacharán y dejar que evapore el alcohol un minuto. Añadir el caldo, las setas y un par de cucharadas de su líquido, y dejar otro par de minutos. Sumar por último la nata y una pizca de romero o de estragón, y dejar que se haga todo a fuego suave hasta que la salsa tenga una textura cremosa. Corregir de sal y pimienta.
Se pueden servir los solomillos con la salsa por encima si están aún calientes. Si no, añadirlos a la misma y dejarlos un minuto para que se calienten.
Se pueden servir con patatas cocidas, fritas o asadas
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