E L B A C A L A O
El creador de este blog, don Samuel Lastra, me ha pedido que colabore
en él supongo que con el fin de hacer bulto, pues soy de los que no
entrarían jamás a una cocina si no fuese para abrir una lata o poner en marcha
el microondas (geniales inventos ambos, que han salvado mas vidas que
la Cruz Roja Internacional); y que utilizan el horno como almacén de sartenes que
nos regaló algún amigo/a optimista de “los vuestros” con la vana esperanza
de que algún día…etc. pues creemos que un espacio mas o menos
pequeño con gas y fuego es una potencial arma de destrucción masiva.
en él supongo que con el fin de hacer bulto, pues soy de los que no
entrarían jamás a una cocina si no fuese para abrir una lata o poner en marcha
el microondas (geniales inventos ambos, que han salvado mas vidas que
nos regaló algún amigo/a optimista de “los vuestros” con la vana esperanza
de que algún día…etc. pues creemos que un espacio mas o menos
pequeño con gas y fuego es una potencial arma de destrucción masiva.
Y no es tanto porque “no nos guste comer” como asegura Carlos, un
viejo amigo cocinero y sommelier profesional que ejerce de maître en un
conocido hotel de Santander actualmente; uno de esos que cuidan todo,
desde el aburridísimo y complicadísimo hecho de hacer la compra hasta el
casi siempre barroco emplatado moderno; sino
porque en realidad “nos da igual lo que comemos”.
viejo amigo cocinero y sommelier profesional que ejerce de maître en un
conocido hotel de Santander actualmente; uno de esos que cuidan todo,
desde el aburridísimo y complicadísimo hecho de hacer la compra hasta el
casi siempre barroco emplatado moderno; sino
porque en realidad “nos da igual lo que comemos”.
No obstante todo esto, he de admitir que uno tiene sus debilidades
gustativas y entre ellas y sin perjuicio
de repetir que jamás de los jamases
se me ocurriría intentar cocinarlo pues sin la menor duda lo jodería destaca
un manjar de manjares que (aún) creo no ha
sido tocado aquí: Su Gloriosa Majestad EL BACALAO.
gustativas y entre ellas y sin perjuicio
de repetir que jamás de los jamases
se me ocurriría intentar cocinarlo pues sin la menor duda lo jodería destaca
un manjar de manjares que (aún) creo no ha
sido tocado aquí: Su Gloriosa Majestad EL BACALAO.
Si, Damas y Caballeros, el en mi opinión Rey indiscutible de los
Océanos, Mares, Ríos y Pozos, Tuberías y Vasos y cualquier otro lugar húmedo BACALAO.
Océanos, Mares, Ríos y Pozos, Tuberías y Vasos y cualquier otro lugar húmedo BACALAO.
Sabroso hasta lo indecible, fue antaño considerado comida de pobres
por los analfabetos funcionales y gilipollas en general que forman las
hispánicas clases presuntamente altas desde el origen de los tiempos y que
hoy en día dados los precios que indican las etiquetas
que lo acompañan en los mostradores ha vuelto a lo más alto.
por los analfabetos funcionales y gilipollas en general que forman las
hispánicas clases presuntamente altas desde el origen de los tiempos y que
hoy en día dados los precios que indican las etiquetas
que lo acompañan en los mostradores ha vuelto a lo más alto.
Dado que no tengo idea de cocina y que supongo que debo intentar
entreteneros el rato que dediquéis al leer el blog de Sam, permitidme
que os cuente mis pequeñas aventuras viajeras en pos de Su Majestad.
entreteneros el rato que dediquéis al leer el blog de Sam, permitidme
que os cuente mis pequeñas aventuras viajeras en pos de Su Majestad.
Supongo que todos lo sabréis, pero hay que insistir en que si hablamos
de bacalao, hablamos de Portugal. Nuestros desafortunadamente para nosotros
casi ignorados vecinos de Península si que saben de esto entre otras
muchas cosas, así que cuando uno era más joven y campaba por sus
respetos en la vecina Torrelavega siendo casi parte del mobiliario de una
magnífica taberna ya cerrada, me apuntaba a todos los viajes expedicionarios
que de ella partían como copiloto-navegante en la furgoneta de M.(llamada
popularmente “el alambique veloz” por la mercancía que traía) a Oporto, algo así como
nuestro pequeño Eldorado, en busca de enormes cantidades de vinho
branco verde, preto y del insuperable vinho do Porto que allí se cría y se embotella.
de bacalao, hablamos de Portugal. Nuestros desafortunadamente para nosotros
casi ignorados vecinos de Península si que saben de esto entre otras
muchas cosas, así que cuando uno era más joven y campaba por sus
respetos en la vecina Torrelavega siendo casi parte del mobiliario de una
magnífica taberna ya cerrada, me apuntaba a todos los viajes expedicionarios
que de ella partían como copiloto-navegante en la furgoneta de M.(llamada
popularmente “el alambique veloz” por la mercancía que traía) a Oporto, algo así como
nuestro pequeño Eldorado, en busca de enormes cantidades de vinho
branco verde, preto y del insuperable vinho do Porto que allí se cría y se embotella.
Nos metíamos una burrada de kilómetros en muy poco tiempo, pero
merecía la pena no solo por los finos caldos que traíamos “puestos” (eran
otros tiempos y el carné de puntos y las multas de infarto aún no eran mas
que pesadillas futuristas), y embotellados; sino porque allí me permitía el placer
de desayunar, comer, merendar y cenar bacalao de todas las maneras posibles.
Dicen los mismos portugueses que tienen una receta del Rey para cada
día del año, pero creo que ellos mismos saben que se quedan muy cortos.
merecía la pena no solo por los finos caldos que traíamos “puestos” (eran
otros tiempos y el carné de puntos y las multas de infarto aún no eran mas
que pesadillas futuristas), y embotellados; sino porque allí me permitía el placer
de desayunar, comer, merendar y cenar bacalao de todas las maneras posibles.
Dicen los mismos portugueses que tienen una receta del Rey para cada
día del año, pero creo que ellos mismos saben que se quedan muy cortos.
Si, amigos lectores. Si de algo pecamos los españoles respecto a Su
Majestad es de nuestras en mi opinión pocas aunque sabrosas maneras de
prepararlo,(de hecho, yo no tengo como sabéis ya ninguna), y eso no
es justo. Recuerdo con especial cariño un sorprendente bacalhau con
pinhoes y presunto (bacalao con piñones y jamón) un preciosa noche en
una terraza a las orillas del Duero en Vilanova da Gaia que aún me
parece tener en el paladar y que jamás lloraré su ausencia
lo suficiente. ¡Ah!, qué maravillosos tiempos aquellos…
Majestad es de nuestras en mi opinión pocas aunque sabrosas maneras de
prepararlo,(de hecho, yo no tengo como sabéis ya ninguna), y eso no
es justo. Recuerdo con especial cariño un sorprendente bacalhau con
pinhoes y presunto (bacalao con piñones y jamón) un preciosa noche en
una terraza a las orillas del Duero en Vilanova da Gaia que aún me
parece tener en el paladar y que jamás lloraré su ausencia
lo suficiente. ¡Ah!, qué maravillosos tiempos aquellos…
Como no quiero aburriros mas si no lo he hecho ya y a sabiendas de
que poco o nada tienen que ver mis historietas con la finalidad del blog de Sam,
me despido con un consejo que me gustaría tomaseis como una órden: Viajad a Portugal.
que poco o nada tienen que ver mis historietas con la finalidad del blog de Sam,
me despido con un consejo que me gustaría tomaseis como una órden: Viajad a Portugal.
Viajad sin miedo a ser posible por los Arribes del Duero, una zona que
merece mucho la pena conocer, y seguid el curso del río adentrandoos ya en
Portugal, sobre todo a finales de Agosto y Septiembre cuando las uvas
que luego serán Vino de Oporto son recogidas de sus terrazas de las
riberas y, no lo olvidéis: cuando os llevéis a
la boca el tenedor con un trozo de
Su Magnífica Majestad acordaos un instante de los
devotos que lo comemos cuando lo encontramos.
merece mucho la pena conocer, y seguid el curso del río adentrandoos ya en
Portugal, sobre todo a finales de Agosto y Septiembre cuando las uvas
que luego serán Vino de Oporto son recogidas de sus terrazas de las
riberas y, no lo olvidéis: cuando os llevéis a
la boca el tenedor con un trozo de
Su Magnífica Majestad acordaos un instante de los
devotos que lo comemos cuando lo encontramos.
EL CORONEL
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPrimo Nacho: !! GENIAL ¡¡.
ResponderEliminarGracias.
Nos vemos en el Bar de Javi; donde tu primo Rubén no que hay Ramadán.
Saludo, Sam.